"Una joyita de personaje y persona", supo confesarme José Libertella, quien compartió mucho tiempo de grabaciones, actuaciones y ensayos. El sabía con solo prestar atención al conjunto, cual era el momento de la canción que impactaría en la gente; y a ese momento, le daba más fuerza o más ternura, tal lo requería. Pasó por momentos memorables y salió airoso en todas las circunstancias. En una oportunidad, charlando con LIbertella, le dije que yo veía al Negro Montero, como un cantor que necesitaba guitarras a pleno. El gran y querido Gordo, me dijo: "me querés dejar sin laburo?... Si, Montero con guitarras hubiera pasado a ser el más importante cantor criollo, nacido en la canción ciuadadana". No es un disco coemrcial, solo es una travesura de quien escribe, que admiró y admira a Miguel Montero.
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