Los
problemas económicos para mantener formaciones grandes hicieron meya en todos.
Le pasó al Gordo Pichuco, a José Basso, Mariano Mores y algunos más, que
debieron bajar de doce o catorce músicos a formaciones de cuartetos, septetos u
octetos, en el menor de los casos. En el caso de Florindo Sassone, fue mucho
peor, pues a la situación precaria de la actividad, se sumaba un problema personal,
que si se equivocaba en la elección de soluciones, seguramente debería dejar la
música. Contratos ya firmados –y en casos cobrados algo de adelantos- obligó al
director a hechar mano a un sexteto, esa formación la bautizó la misma
grabadora, ya que no querían quemar la marca Florindo Sassone, por tanto el
sexteto se lo conoció como Don Florindo.
Espero les
guste el material; y de paso, se quedan con una porción muy interesante de la
vida artistica de Sassone.
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