Pasan los años, aparecen nuevos cantores, pero los fenómenos se siguen acentuando como tales, ante la comparación inevitable.
Su timbre de voz, su dicción, su calidad interpretativa lo siguen manteniendo en el firmamento tanguero como uno de los más grandes cantores.
Su ductilidad como artista, su calidad como músico que la mostraba al saber ejecutar pieno, acordeón, guitarra y algo de violín, lo consolidaron como el Niño Bien, dedicado al tango, hasta lograr su reconocimiento, no por su plata, bienestar o algunas excentricidades, si no, como uno de los artistas más completos de la música popular.
Aquí, una selección antojadiza y no muy pulcra, pero que lo muestra con dos orquesta que ayudaron a construír el mito Charlo.
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Su timbre de voz, su dicción, su calidad interpretativa lo siguen manteniendo en el firmamento tanguero como uno de los más grandes cantores.
Su ductilidad como artista, su calidad como músico que la mostraba al saber ejecutar pieno, acordeón, guitarra y algo de violín, lo consolidaron como el Niño Bien, dedicado al tango, hasta lograr su reconocimiento, no por su plata, bienestar o algunas excentricidades, si no, como uno de los artistas más completos de la música popular.
Aquí, una selección antojadiza y no muy pulcra, pero que lo muestra con dos orquesta que ayudaron a construír el mito Charlo.
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