No es justo que una voz como la de Zambo sea quitada al pueblo. Tal vez sean esas cosas que me hacen dudar de las divinidades. El pueblo peruano merecía sostener en el tiempo, una voz popular que no se avergonzara de ser Peruano. Que amara a su Perú, como lo aman los bien nacidos. Que levantara las banderas de las verdades del pueblo con la genialidad, originalidad, bien gritadas con el alma y la garganta. No, juro que no es justo.
Ha de andar por allí, ahorita no más, gritando a los cuatro cielos lo que pasa en su Perú. Los dolores y miserias de su gente, de aquella que lo amaba y admiraba en silencio. La que sabía que el negro gritaba por él y por ellos.
Salven las piedras de los Andes, los prados escasos, los ríos torrentosos los últimos gritos de Zambo Cavero. Tan zambo y cavero, como tan peruano y dolido.
Como ladero, un guitarrista criollo increíble y maravilloso, Oscar Aviles.
Zambo cavero - Oscar Aviles
Ha de andar por allí, ahorita no más, gritando a los cuatro cielos lo que pasa en su Perú. Los dolores y miserias de su gente, de aquella que lo amaba y admiraba en silencio. La que sabía que el negro gritaba por él y por ellos.
Salven las piedras de los Andes, los prados escasos, los ríos torrentosos los últimos gritos de Zambo Cavero. Tan zambo y cavero, como tan peruano y dolido.
Como ladero, un guitarrista criollo increíble y maravilloso, Oscar Aviles.
Zambo cavero - Oscar Aviles
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