Estimados lectores...
Debido la pandemia que nos está acorralando en nuestros hogares, para diesmar su efecto, hemos decidido poner uno o dos posteos diarios, aunque más no sea, para tratar de hacer pasar un buen rato, en medio del factible aburrimiento de estar en casa las 24 horas.
La idea es que el hecho de bajar y ponerse a escuchar el disco, nos de la posibilidad de pasarla lo mejor posible.
Solo pido un favor, sea del país que sea el lector que llegue: "No salga, cumpla con el pedido de cada gobierno y respete las reglas para salir de ésta pandemia"
Gracias y disfruten de nuestro Tango.
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Alguna vez se preguntó ¿Por qué una orquesta con
arreglos tan sencillos y elementales, es una de las más requeridas en las
milongas? A quién escribe, alguna vez en una charla de café, Rubén Juárez y
Tito Quintana armaron una polémica descomunal con éste tema. La idea central
era el valor de cada una de las orquestas y por qué la gente las elegía. Fueron
muchos cafés y cigarrillos los que se llevó la discusión. Discusión que se
acabó cuando llegó Ernesto Baffa y dijo. Por sonido, alma, sentimiento y arreglos:
Troilo. Por lo academicista, sonido claro y firme: Salgan. Por ritmo y
cadencia: Di sarli… y para bailar: D’Agostino. Venía bien el gordo, pero
desbarrancó en la última. Se le abalanzaron como leones. Pero, el tipo sin
inmutarse, dijo: Angelito, era un bailarín muy elegante, fanático del baile,
bailó hasta casi el día de su muerte. Y esa pasión por el baile la trasladó al piano
y a las ideas que les daba a los arregladores. Y dirigiéndose a mí, dijo: Pibe,
no le des bola a todos estos. Son todos pataduras y miserables. A que nadie te
invitó con un café… o sí?
Al ver quién me dirigía la palabra, solo atiné a
sonreír ¿Qué iba a decir que no estuviera fuera de lugar en esa mesa?
En el piano está un pibe que seguro llegará a ser un buen
músico: José Pepe Colángelo, fueye y dirección: Leopoldo Federico; y canta
Carlitos Gari. Es el primer disco que el sello sacaba del querido Federico.
Disco que es el resultado de un espectáculo que se armó para regresar con el
tango a Francia. A su regreso, prepararon el material y a fines del año 79,
dejaron éste trabajo excepcional que es otro hito del maravilloso Leopoldo
Federico.
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Creo que solo su mujer no lo criticó, después, todos. Por su
nerviosismo, por su forma de tratar los músicos, por carero para cobrar
actuaciones, por la disciplina, por su egocentrismo… Por todo, le dieron como
en bolsa. Pero un día, Horacio Ferrer después de una charla en El Tortoni, se
arrimó a nuestra mesa y contó miles de anécdota. Imagínese, yo era un pibe de
22 o 23 años y estaba allí con un capo de la noche y del Tango. Y referido a
esto, en medio de una gritería entre Dariencistas y antis, habló Ferrer.
“Pichuco un día dijo que a D’Arienzo se le podía achacar cualquier cosa, pero
que después de Canaro, nadie hizo más por la presencia del tango en todas
partes. El grillo nos enseño hasta cómo
manejarnos para poder cobrar una buena platita; y cómo hacer de una orquesta un
modelo reconocible. Además, era un muy buen violinista, pero al tango, él lo
tomaba como un laburo, no como un sentimiento nochero. Para él, era un laburo y
listo”. Esa noche, creo, me recibí de buen tomador de café y whisky, porque a
éstos no los haces acostar antes de las seis de la mañana, ni estando enfermos.
Grandes discusiones hemos tenido con Leopoldo “Polo”
Giacomelli y el Flaco Garcia, sobre la importancia de Tucci en la carrera de
Gardel. Y aunque nunca coincidimos, las sobremesas de los asados eran para
alquilar balcones, ni que decir, cuando la cosa era de política. Pero sigo
insistiendo que con un cantor como Gardel, cualquier músico era Dios. Mi
criterio, siempre fue y lo defiendo, que Tucci poco pudo sumar a la calidad del
Criollito Franchute, él hacía todo. Los arreglos de Tucci, nunca fueron para creer
que la orquesta era casi igual al cantor, por el contrario, convertía en casi
melodías pop, canciones bellas que merecían un tratamiento más complejo y
dedicado por la importancia del cantor. Sin embargo, él ya tenía su cartel en
EE.UU y su carrera, tras la muerte de Gardel, siguió con la misma temática de orquesta de hotel,
como alguna vez dijo Piazzolla. Éste disco lo deja claro, escúchelo y saque sus
propias conclusiones.
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Y esto sí es otra joya inhallable de nuestro tango. Un disco
que fue editado mucho después de ser grabado, debido a la orden de la central
de la grabadora en EE UU, que no quería saber más nada con el tango. Sin
embargo, el éxito de la Dupla cantora, retrotrajo al tiempo la decisión y se
publicó, lástima que el dueto ya se había disuelto y el pianista y director
Arlando Trípodi, ya estaba en otra historia. No lo deje pasar, existen muy
pocos registros y es casi imposible conseguir éstas portadas del disco.
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Momento histórico de la orquesta de Pepe, cuando en ella
cantaban Alfredo Belusi y Carlos Rossi, tal vez con Floreal Ruíz, los cantores
más recordados de Basso. Es un disco imposible de dejar de lado, ya que tiene
las grandes creaciones de los dos y conforma uno de los documentos sonoros que
no deben falatar en su discoteca tanguera. Buen sonido.
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Vecino de nuestro territorio, nació en Peyrano, pueblo al
sur de Santa Fe; y allí mismo es que se recibió de Profesor de piano y solfeo. Alguna
vez su primo Fulvio Salamanca, lo invitó a sumarse a la orquesta de Juan D’Arienzo,
ya que el grillo necesitaba dos doblar las filas por la cantidad de
presentaciones que tenía. Conoció el mundo y personalidades extravagantes y
llenos de historia como Arthur
Rubinstein y De Gaulle, entre tantas. Como compositor dejó: “Ladrón de sueños”,
“Pampa y güeya”, “Tango a Florida”, “Ya te hice el tango vieja” y “Lloré por
los dos” (vals), entre otros. También hizo cine como protagonista de la
película Adiós muchachos, versión libre de la vida de Julio César Sanders. Fue
estrenada el 23 de noviembre de 1955; y éstas es la primera película dirigida
por Armando Bo. En la misma, aparecía el cantor Alfredo Dalton, en el rol del
amigo íntimo de Julio (Juancito Díaz). Dalton, había ganado un concurso de
cantores cuyo premio mayor era justamente intervenir en dicho film. En el archivo tambien encontraran los dos discos de promoción que antecedieron a este LP. Que lo disfruten.
Un disco antológico del genial pianista argentino. Es un alarde
de creatividad sentido de lo estético; y fundamentalmente, una manera de orquestar
que ayuda a interpretar el mensaje del artista y anima a reposarse en la
melodía. Si no lo tiene, podrá encontrar en él un trabajo de creación y
dirección ompecable.
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La gran orquesta Típica Los Indios de Ricardo Tanturi con la
voz de Alberto Castillo en una recopilación de temas que la editora deja con
gran inteligencia, ya que es uno de los LP que mayor cantidad de temas
instrumentales de Tanturi. Eso muestra la simplicidad, pero también el buen
gusto del bonachón barrequense. Lindo disco,
que en la contratapa, y gracias a Roberto Cassinelli, podrán conocer
gran parte de la vida del querido músico.
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Ésta es la música de una de las comedias en que participara
el prolífico Pirincho. El material incluye una grabación con Carlos Gardel, pésimo
montaje de aquellas épocas, que sin embargo, vendió miles de placas. Tiene buen
sonido y es un muy buen documento de una de las formaciones más exitosas de
Canaro. En el interior del archivo tienen un resumen con autores y compositores para completar la mayor información posible.
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