El genial violinista, tras su paso por varias formaciones,
en 1942 logra formar su propia orquesta. Debutó en el cabaret Sans Souci; y la formación
la integraban Deolindo Cassaux, Edelmiro “Toto” D’Amario, Mario Demarco y
Ernesto Rodríguez en bandoneones; Alfredo, Bernardo Germino y Antonio Blanco en
violines; Juan Olivero Pro en piano, y Juan José Fantín en contrabajo, con los
vocalistas Pablo Lozano y Walter Cabral. Y a pesar de la calidad artística de
la orquestas y las voces, recién pudieron aparecer ante la gran audiencia en
Radio El Mundo en el año 1945, pero su llegada al disco, recién se produce dos
años después. Logran grabar el tango de Greco “La viruta” y el vals del padre
del director “La entrerriana”.
Lo que ustedes logran escuchar aquí –en un material reconstruído-
son los tangos que lo llevaron a la gloria eterna del tango, más un homenaje
que se le tributara por sus mismos colegas, admiradores de su trabajo y
calidad.
Don Alfredo, a parte de ser director y músico, también fue
compositor de los tangos “Orlando Goñi”, “De punta y hacha”, “El andariego”
-tributo a su padre-, “El último bohemio” -dedicado a “Pichuco”-,
“Camandulaje”, “Redención” y de la milonga “A mis manos”, entre otros.
Sus colegas le rindieron homenajes muy sentidos, como en el
caso de Eduardo Rovira que le dedicara “El engobbiado”; Aníbal Troilo,
“Milonguero triste”, y Astor Piazzolla, “Retrato de Alfredo Gobbi”.
Pavada de admiradores tenía
Gobbi!!!!