A los catorce años integra la orquesta de Emilio
Balcarce, quién lo marcó y en grande. Gracias al Flaco, es que comienza a
apasionarse por el arreglo musical. Según sus biógrafos, los realiza
intuitivamente en sus comienzos, pero resuelve iniciar estudios de armonía,
contrapunto y orquestación, que le darían los laureles suficientes para logros
muy importantes en su carrera.
En esa época fue muy requerido por las orquestas
que tocaban en cafés y cabarets, transitando por las de Alberto Pugliese,
Antonio Arcieri, Antonio Rodio, Raúl Kaplún, Alfredo Calabró y otras que le
dieron experiencia y brillo. Es por eso justamente, que por una recomendación
llega a la orquesta de Elvino Vardaro. De allí en más, la historia de Di Paulo
es más conocida. No deje escapar éste disco –que es muy viejito- pero tiene
todo el gusto de una gran orquesta y de la audacia para lanzar con semejante
obra, voces nuevas que luego harían su propia historia.
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