Nuestros muertos
y los “VIVOS”
y los “VIVOS”
La verdad, verdad…
En medio de una gran felicidad por un proyecto que se está concretando, con mucho esfuerzo y ganas, me encuentro con la mala noticia de perder gente que admiro, conocí y aprendí a querer.
Casos concretos: Selva Gijena, Supa Paz, Don Sixto Palavecino, Ignacio Anzoátegui…
Y como una burla a lo más sentido que puede tener, honrar y difundir el hombre argentino, solo un recuadrito y alguna mención a la pasada en los medios, fue lo único que se resolvió dejar como testimonio de estos maravillosos seres que vistieron de luto a la comunidad cultural argentina.
Sin embargo, programaciones enteras de TV, radios, paginas y páginas de diarios y revistas, cubrieron la muerte de un ser que fue tan ajeno a nuestras cosas, como pernicioso en el abuso de la promoción de la promiscuidad, la deslealtad y falto de todo argumento ético que debe blandir como bandera un artista, como fue el cantante norteamericano Michael Jackson.
No cuestiono a los ciudadanos de EE.UU, porque todo lo que fue el cantante Pop, es el producto de la sociedad que lo formó, sí, me muero por verlos a la cara a los salvadores de la ética de los periodistas “Fascistas” argentinos. Y no hago nombres, porque creo que no es necesario.
El fascismo del periodismo de moda porteño, pretendió y pretende que la gente dedicada al arte popular argentino, se convierta en un negocio. Pero todo, el artista, la obra y sus debilidades como humano.
Sueñan con encontrar violaciones hechas por Yupanqui, robos a mano armada de Mercedes Sosa, estupros de Víctor Heredia, y ni les cuento, si logran el travestismo de León Gieco o Eduardo Falú.
Algo anda mal, muchachos.
Si las personalidades que mencioné, no fueron reconocidas ni siquiera en el día de su muerte, si el centro de toda atención de los medios, es un cuasi anciano vestido de mujer y el símbolo sexy del porteño es un tipo, operado, maquillado y vestido de mujer: algo anda mal, muchachos.
Por eso, en medio de toda esta mugre, estar imbuido de proyectos puros por y para los hijos míos y los de mi vecino, me permito decir que cada día la centralización del país, nos está llevando al extremo.
Por eso hoy los generadores de imágenes porteños, ya no tienen periodistas, ahora, son comunicadores sociales ¿?.
Y el grueso de esos “comunicadores sociales”, nos están cercando de tal manera que habrá que recurrir a extremos para poder defender posiciones que pueden ser fácilmente conciliables.
Lo hicieron y lo lograron en el 1.800, lo repitieron a comienzo del 1.900 y los están extremando en el 2.000.
Eso, siempre nos llevó a la lucha interna.
¿Estos degenerados, estarán en busca de lo mismo?
Hay algo -no alcanzo a entenderme- que está oliendo muy mal y que me inquieta.
Sin embargo, no es mi deseo que destaque la muerte de alguien. Juro, que me gustaría que alguna vez tengamos una ley que obligue a la calidad, no a porcentajes. La calidad obliga a nivelar hacia arriba, el porcentaje, es solo una formalidad para cumplirlo que degenera la situación con lo que venga, total es solo cumplir.
No hay dudas, nos seguimos equivocando. Algo anda mal.
No se que es, pero algo anda mal, muchachos.
Juan Alberto Guttlein
Aleman56
1 comentarios:
Aleman: Nuestros muertos no venden, y me alegro por ello. Me repugno el uso que se dio a la muerte de Alfonsin, solo por dar un ejemplo, y no es que mejoró despues de su muerte, en mi opinion. Lo que quedó bien claro, que muchos de los que se cagaron de risa de el, de nosotros y de sus propuestas, cuando fue presidente, desfilaron delante de su cajon haciendose los compungidos y con lagrimas de cocodrilo. Muchos de esos fueron los que propugnaron golpes y condicionamientos.
Y hago punto y aparte: a la luz de esto: me repugnaria ver pasar a algunos delante del cajon de nuestros proceres y artistas de valor: No quiero hacer nombres de tanto careta que anda por ahi, estan todos los dias en boca detodos y en todos los canales, son los que se reparten los premios entre ellos y se andan besando y apuñalando entre ellos por detras, solo quiero mencionar la frase de Garcia en La grasa de las capitales: "Gente revista, gente careta, la grasa cae cual fugazeta" que los pinta de cuerpo entero. No quiero ni a la television, ni a sus idolatras mezclandose con los artistas de valor, para el arte, y no para la industria. De estos nos acordaremos y extrañaremos nosotros.
En cuanto a la ley: ya la tuvimos, fue durante la guerra de las Malvinas: mientras algunos dejaban su vida, y otros donaban algo para calentarles el alma, hubo otros que seguian de joda, y algunos que robaron lo que se donaba.
Discepolo escribio Cambalache mirando a la calle por la ventana de un boliche cualquiera.
Me parece. Te envio un abrazo.
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